No tenemos remedio
Hola amigos, acabo de volver de hacer el camino del Salvador y vengo cabreado. Aproximadamente un mes antes de la pandemia publiqué un articulo quejándome de lo poco higiénicos que era mucha gente. Para mi sorpresa veo que que no tenemos remedio. Han estado bombardeándonos con la consigna de que hay que lavarse las manos muy a menudo para evitar en lo posible el virus. Pues bien, he podido comprobar con mis propios ojos que los guarros siguen siendo igual de guarros, sin importándoles los demás. Éste domingo en la estación de Autobuses, de Oviedo, pero se puede poner cualquier población, seguro, mientras esperaba a mi autobús tuve que ir dos veces al aseo. En ambas ocasiones pude comprobar cómo dos personas tras salir del retrete, tras hacer aguas mayores, salieron sin acercarse siquiera a los lavabos para lavarse las manos, por lo visto el jabón les daba urticaria. Me sentí abochornado por la actuación de algunos de mis congéneres, tanto es así que al último no pude por menos que decir, «Viva la higiene», pero no me sirvió de nada. Digno y elegante despareció tras la puerta en dirección a la zona de espera, para dar a alguien la mano, o pasar el pan. No comprendo ni comprenderé esta actuación. Creo que es urgente poner en los colegios una clase de higiene personal para poder salvar a las generaciones venideras de energúmenos como esos.Como ya os dije, he terminado mi último libro referente a la verdadera batalla de Clavijo, y está en primera lectura de varias personas. las primeras impresiones son buenas, ya os diré.
Os dejo unas fotos de mi camino para alegrar el alma.
Un riojano cabreado.
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